O llego tarde, o llego demasiado temprano. Me cuesta todavía calcular las distancias en esta ciudad. Hoy llegaba, aparentemente, tarde. Entre conexión y conexión de metro, la pantalla de los monitores con las noticias. Despedida de Bush, mensaje mesiánico de fin de los tiempos de Ahmadineyad. Fue un momento, una imagen de refilón antes de embullirme en el vagón rumbo a Sol.