Soñé con maletas llenas de cosas. Cuadernos, fotografías, libros de bocetos. Recuerdos personales. Una de esas maletas la olvidaba en un lugar público. El sitio estaba lleno de maleantes. La valija desaparecía inmediatamente. La gente se repartía sus pertenencias. Es verdad que me sentía tonto por haberla olvidado allí, pero algo, recóndito, me hacía sospechar que la había dejado adrede. No estaba realmente triste por la pertenencias perdidas. Se imponía cierta sensación de alivio.