El burócrata. Él es así. No se atiene a razones particulares. Sentado tras una mesa gris –gris real, nada de literal–, es parte de un engranaje. Quema sus días rellenando formularios, solicitando documentación, respondiendo sí o no, abriendo y cerrando horizontes al son de sus estrictas directrices.
No hay excepciones en los formularios. ¿Otros? ¿Misceláneos? Ningún espacio para consignarlo.
Tan seguro de sí, tan esbirro de un sistema que también lo degrada. Él es así.
¡Qué ganas de abofetearlo!
(julio 2017)