
157
Lo material es, y ha sido siempre, parte intrínseca del arte. Si la materia no está bien moldeada, no emociona. No evoca, no genera sentimiento alguno.
Encuentro muchos artistas que trabajan el vídeo y la fotografía, y no son ni buenos fotógrafos ni cineastas. No conocen el medio. No tienen ni idea. Son unos aficionados…
Si es necesario leer el folleto explicativo para poder acceder a la obra, deja de interesarme. Tal vez simplista, lo sé, pero así es.
Para ejercicios académicos hay infinidad de buenos libros; y para obra audiovisual, geniales directores y fotógrafos.
(junio 2020)
153
No hay cosa más engreída que el «arte reivindicativo». En el mejor de los casos, es inocuo; en el peor, hipócrita. En general, ambas cosas.
148
Casa América. Cafetería. Madrid. En la mesa vecina un hombre de unos cuarenta años. Gafas oscuras cuadradas, pasadas de moda, cabello negro, bigote, libreta abierta. Con el rabillo del ojo busca alrededor. Quiere iniciar conversación, se aburre. Inevitablemente, se dirige a mí. Se presenta. Artista mexicano, venido por Arco. Doy respuestas cortas, nada que dé lugar a más. Quiero estar solo, en silencio, disfrutar de un momento de lectura tranquila. Parece no percatarse. Me pregunta por «mi tierra». Que si voy, que si no voy. Ante lo evasivo de mis respuestas, que él confunde con desinterés por eso que denomina «mi tierra”, sentencia moralista –más cercano a un militar golpista que a un creador–: «no hay que olvidar tus raíces». Harto, le pregunto: «Cuándo me miras, ¿qué ves?… ¿una planta o una persona?».
(2008)
XCVIII

128
Un amigo me invita a la inauguración de una exposición. Se trata de un videoartista. Proyectan la obra. Discurso blandengue, poroso. Aunque se crea rompedor y combativo, un queso gruyère lo hubiera representado mejor.
(febrero de 2015)
120
El sueño secreto e inconfesable de todo outsider, es recibir algún día, el reconocimiento institucional. Pocos son los que logran mantenerse al margen.
LXII

#95
Años atrás, conocí a F. Tenía una manera muy particular de clasificar el cine documental. Tras su visionado, su primer veredicto era dilucidar si había hambre o no en el film. Era un poco radical a veces, pero todo lo que él había logrado, lo había hecho con hambre. Hablando de este o aquel director de moda, solía decir: «¿no ves que en su cine no hay hambre, no hay urgencia, no hay verdadera necesidad?». A veces pienso que habría que encontrar una nueva manera de clasificación. Una definición material de la obra, en relación con la realidad de su autor, y con la propuesta… si no hay hambre, puede que haya artificio.
XLIV
Neguev Monument, Dani Karavan, Israel, 2006
#79
La relación entre el selfie y el autorretrato. El autorretrato es una construcción del yo (la máscara o la esencia, o ambas), con un arraigo profundo en la tradición artística. El selfie es un mero “yo estoy aquí”. Una simple autoafirmación sin construcción alguna. Antes era el “¿por favor me saca una foto?”, y en la actualidad ni siquiera eso (basta con un bastoncillo desplegable), desechándose así la colaboración del otro (su mirada). El selfie es una mera glorificación del yoyismo. Es todo lo contrario al autorretrato. No hay reflexión. En el autorretrato, sí.
#68
El Sr. X, director de la Institución Y, va dilatando su respuesta. Han pasado ya tres meses: reuniones, mails, llamadas telefónicas. Pero no se define. Urge. De esto depende un trabajo que tenemos en desarrollo. De eso dependen nuestros ingresos. Hablo con su secretaria. Ella dice, justificando a su director: “Sr. Mauas, usted sabe como son estos asuntos. El Sr. X tiene una agenda muy apretada, muy cargada y todo le es muy complicado”. Harto, y en busca de la complicidad de la secretaria (o de su ruptura), disparo: “imagine usted entonces nuestra situación: sin sueldo fijo, pendientes siempre de señores con agendas cargadas y complicadas costeadas con el erario público, es decir, nuestro dinero… ¿no tengo yo agendas lo suficientemente cargadas también?”. Ella calla el tiempo suficiente para digerir mi respuesta, entender si hablo en tono irónico o serio. Tras un momento que parecería eterno, dice: “Le prometo que esta semana le llama”.
#51
Plantear el interrogante. Bien claro, coherente, sostenido. Y sustraerlo de la obra… eso es lo que la hace más intensa, más viva, más misteriosa…
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