138

Consulado de Colombia. Trámite de visado. Una mujer le dice a otra: «renunciar a tu patria es como renuncia a tu madre, mi tierra es mi tierra». La mujer se percata de mi atención. Mirada reprobatoria, condescendiente.

(noviembre 2010)

136

Vanidad de vanidades. Un famoso se muere y ya están todos colgando sus fotitos con el susodicho. Colección de frikies. Todo a mano para darse humos de importancia.

(septiembre 2016)

#62

El ser humano, si no ha atrofiado esa sensibilidad, tiende a la trascendencia. La trascendencia, más que con la búsqueda del sentido, diría provisionalmente, tiene relación con ese instante en que entroncamos con la eternidad: el rezo en la religión, la meditación en el yoga, el arte en la creación, el sexo en el amor. Momentos en los cuales podemos acceder a la inmortalidad, aunque solo sea por un instante fugaz, como una ráfaga, como anticipo de su posibilidad. Si alguna vez tuvimos la suerte –y el placer– de sentir aquello, será luego una búsqueda constante por repetir la experiencia.

Espejitos y collares (II)

Aeropuerto, mañana temprano. A punto de embarcar. A mi alrededor, hombres solos, un par de mujeres. Trajes oscuros ellos, blusas y pantalón ellas. Personas sin edad específica, piel gris. Todos, absortos en sus Iphones, Ipads, ordenadores portátiles y afines… sus dedos corretean veloces sobre el teclado. Apenas prestan atención a lo que acontece alrededor. Miradas sin encuentro.

Por comodidad, desidia, o lo que sea, hemos entregado nuestra libertad a cambio de tanta conexión.

Espejitos y collares…

[ Barcelona, febrero de 2011 ]

De repente…

A mi madre. In memoriam.

De repente, así, de repente, el tiempo se detiene y todo parecería no tener importancia alguna. Es cómo si todas las actividades cotidianas no fueran más que un pasatiempo en espera de esos momentos trágicos, en que todo se detiene y uno se pregunta qué estaba haciendo mientras la desgracia se gestaba… a dónde estaba mirando…

[ Barcelona, marzo de 2010 ]

Un instante

Solo hace falta un pequeño desgarro en la frágil superficie urbana para ver el salvaje entramado sobre el que se sustenta (¿o se oculta?). Es como si levantásemos la tapa de una alcantarilla de una importante y majestuosa avenida, manifestándose ante nosotros la imagen de las ratas correteando entre las cloacas.

Mesa compartida


Mesa compartida. Noche. Permanezco en silencio, testigo transparente, ante estos casuales compañeros de comida. Tres académicos extranjeros. Edad mediana dos de ellos, jovén el tercero. Mucho ruido. Mucho aire. «Como follarse a una mosca», diría una conocida francesa. Oyéndolos, sospecho la decadencia, el declive, una cultura a punto de caer al abismo.

Negativos

Encuentro negativos sin positivar.
Diez años atrás.
Otros rostros, otras mujeres, otras geografías.
Testimonio que no cesa, agazapado en el olvido. Embate de nostalgia.
¿Y ahora qué?
El tiempo que transcurre…
Diez minutos y ya está.
Me visto, y salgo.