El arte de tener razón

«La única contrarregla segura es la que ya ofrecía Aristóteles en los Tópicos: no discutir con el primero que se presente, sino únicamente con aquellos a quienes se conoce y de los que se sabe que tienen el suficiente entendimiento para no plantear algo demasiado absurdo y tener que quedar por ello expuestos a la vergüenza; para discutir con razones y no con sentencias inapelables; para escuchar las razones, también de labios del adversario, y que tengan la ecuanimidad suficiente para soportar no llevar razón cuando la verdad está de la otra parte. de esto se sigue que de entre cien, apenas uno es digno de que se discuta con él. Déjese al resto decir lo que quiera, pues desipere est juris gentium [delirar es un derecho común], y considérese lo que dice Voltaire: la paix vaut encore mieux que la verité [la paz es preferible aún a la verdad], y hay un refrán árabe que afirma que del «árbol del silencio cuelgan los frutos de la paz”».  

El arte de tener razón, Arthur Schopenhauer.  

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Vanidad de vanidades. Un famoso se muere y ya están todos colgando sus fotitos con el susodicho. Colección de frikies. Todo a mano para darse humos de importancia.

(septiembre 2016)

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En un artículo del periódico leo: «la mitad del trabajo de los abogados, podrían hacerlo las máquinas». Y el de los jueces también, me digo. ¿O es que ya lo habrán puesto en práctica y no nos habíamos percatado? 

(febrero 2019)

129

Imaginemos todo el terror que se agazapa tras este titular: «El presidente de Sierra Leona declara emergencia nacional contra la violencia sexual». Una pequeña nota periodística en las páginas interiores de un periódico. 

(febrero 2019)

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El entrevistador, con aire justiciero, se planta frente a su presa. Hombre bien pagado de sí mismo, el periodista insiste, acusa, condena. Su nivel de audiencia lo ratifica. «¿No veis acaso como me siguen, como les gusto?», piensa con seguridad. Mientras tanto, el entrevistado suda, carne de cañón, clown circense de entreactos, su función de divertimento ocupa toda la pantalla de los plasmas del país. 

(febrero de 2019)

119

En las redes sociales corre un video sobre unos animalistas tratando de criminales a unos campesinos. Sucede en Catalunya, como podría suceder en cualquier otro lugar de nuestro occidental, rico y contemporáneo mundo. Detengamos el vídeo. Observemos un frame cualquiera. Los manifestantes, jóvenes, ellos y ellas, manos que nunca han madrugado para el trabajo físico, blancas, finas, suaves; camisetas con eslóganes progresistas, bermudas, bambas coloridas, calcetines cortos. Frente a ellos, gente de mediana edad, robusta, ropa de trabajo, calzado tipo borceguíes, calcetines gruesos y altos… Y en el medio, entre los dos bandos, los pollos y las pollas… 

(agosto 2019) 

#114

Preocupa esta tradición de «autos de fe» que está regresando al centro de la experiencia pública. La escenificación de la denuncia. La catarsis colectiva a través del castigo mediático y ejemplar. Si los medios dependen de los fines, no nos sorprendamos entonces, cuando, desde la derecha más reaccionaria y fasci-nostálgica, echen mano de la misma metodología para arremeter contra todo lo que se les ponga en el camino.

(diciembre 2018) 

Los gritos

«Lo que olvido de los niños es el jaleo incesante que arman, en una palabra, gritan. Gritar no es simplemente hablar desgañitándose, no es un medio de comunicación absoluto, sino una manera de ahogar la voz de nuestros rivales. Es una forma de agresividad. Una de las más puras que existen. Fácil de practicar y enormemente eficaz. Puede que un niño de cuatro años no sea tan fuerte como un adulto pero, desde luego, es más ruidoso. Una de las primeras cosas que deberíamos aprender en el proceso de convertirnos en seres civilizados: no gritar».

Diario de un mal año, J. M. Coetzee.

#107

El pensador mediático. Otrora incómodo, los avatares de la política lo convierten en ideólogo oficial del movimiento. Se torna conocido, reconocido. Mentado todo el tiempo, aparece constantemente.Tertulias, columnas de opinión, clases magistrales, pregonero. El discurso se reblandece. Fofo, inofensivo. Deviene en discurso inocuo, apto para todos los públicos, incapaz de herir.

(noviembre 2018)

Los Gestos

«Callar no es, por descontado, lo mismo que quietud, sino el gesto que detiene la palabra antes de que llegue a la boca. Callar significa que la palabra llega a hablar en vez de llegar a la boca. Si se quiere comprender el gesto de hablar, es necesario primero considerar el gesto del silencio, pues en el silencio la palabra llega a hablar y a resplandecer. Para poder comprender el gesto de hablar, primero hay que aprender ciertamente a callar».

Los Gestos, Vilém Flusser.

#105

«Los medios están al servicio del poder económico o de noticias frikies. Entonces, cuándo te reseñan» –pregunta J. como si fuese un acertijo–, «¿a qué grupo crees que  perteneces?». « A los frikies, seguramente», contesto sin siquiera pensarlo, antes de darle un sorbo a mi enésimo café de la tarde.

(febrero 2019)

 

#69

Paradójicamente, las redes sociales, en lugar de servir de puente para conocer otras posiciones, favorecen el acantonamiento y el linchamiento público. La gente reacciona en las redes como si estuvieran en una manifestación, cada uno gritando por lo suyo, sin siquiera deternerse a reflexionar. Veo gente que considero inteligente, con el automatismo del “dedito linchador”.